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lunes, 30 de agosto de 2010

Rubén Calderón: tras 28 años en el poder

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Desde 1988 tiene trabajando por su perpetuidad en la UJED

Rubén Calderón: un poder universitario de 28 años

Por Alberto De la Rosa Olvera

En esta semana, el Rector de la Universidad Juárez del Estado de Durango (UJED), Rubén Calderón Luján, empieza a empacar las cosas de su despacho ubicado en el Edificio Central para retirarse temporalmente del cargo a fin de participar en una tercera elección y de esta manera, pretender extender su rectorado por seis años más.

Hay quienes afirman que el Rector de la UJED, tendrá una elección de mero trámite, en donde no importa si tiene o no contendientes porque la reelección ya está en su bolsa y efectivamente, este contador de profesión, ha construido toda una red de poder al interior de la Máxima Casa de Estudios, que ha llegado al grado de generar una percepción de ser una persona invencible pero al mismo tiempo indispensable para la institución, pues manda el mensaje de que no hay otro universitario que pueda mantener viva a la Universidad Juárez.

Pero antes de entrar a fondo al análisis de la situación electoral que en los próximos días va a vivir la Universidad Juárez, resulta indispensable hacer un ejercicio de retrospectiva para saber que el inmenso poder tanto político como económico que ha acumulado Rubén Calderón, no es producto de la casualidad sino que es resultado de un trabajo intenso desde hace 22 años.

Efectivamente, Rubén Calderón Luján, era un contador público que ejercía su profesión al llevar la contabilidad de distintas personas físicas y morales, además incursionaba en el ramo empresarial al administrar un negocio familiar que consistía en una boutique de ropa fina para dama.

Él llega al ambiente universitario en el año de 1988, luego de que se dirimió la Huelga de los 100 días, que detonó ante las actitudes intransigentes y déspotas del entonces Rector, Juan Francisco García Guerrero, quien luego de tanto ajetreo, cedió la silla al Dr. Jorge Ramírez Díaz, quien entregó el poder político de la UJED al C.P. Juan Francisco Salazar Benítez, líder del grupo GUIA, quien incluyó en la administración central de la institución a sus seguidores como fue el caso de Rubén Calderón, a quien lo nombró como Tesorero General.

Era lógico que Salazar había operado intensamente para llegar a ser Rector y entonces apoderarse por completo de la UJED, pero las cosas se le complicaron y no obtuvo el triunfo de manera holgada y a pesar de los conflictos políticos que lideró Rubén Vargas, Salazar, tuvo la oportunidad de ratificar a Rubén Calderón en la Tesorería y todavía, en 1994, luego de los conflictos políticos en donde intervino el entonces Gobernador, Maximiliano Silerio Esparza, para que José Ramón Hernández Meraz se quedara en la Rectoría, en las negociaciones con Salazar Benítez, pidió dos posiciones para su grupo como fueron Guadalupe Flores Bolívar en la Contraloría, Esteban Pérez Canales en Administración y por supuesto, Calderón, en la Tesorería.

Cuando Hernández Meraz se reeligió en 1998, tenía pensado en cambiar todo su equipo, pero finalmente se amarraron Guadalupe Flores Bolívar, gracias a la intervención de José Ramírez Gamero pero también se afianzó Rubén Calderón en la Tesorería General.

Cabe apuntar que Rubén Calderón Luján, se mantuvo encerrado en  la Tesorería, pero desde su reducida oficina, empezó a realizar amarres con los maestros universitarios para irse posicionando pero a través de la facilitación de préstamos con intereses irrisorios así como en amplios plazos de pago.

Para esto, tuvo siempre la ayuda de su maestra y amiga, Guadalupe Flores, quien como Contralora General, tuvo a bien a autorizarle todas las auditorías a sus estados financieros pero al mismo tiempo, contrataron los servicios de Luis Canudas como Contralor Externo, quien también tuvo ligas con el grupo GUIA y desde ese entonces, hasta la actualidad, le da el visto bueno al manejo financiero de la Máxima Casa de Estudios, de manera que a pesar del déficit que padece la institución debido al no reconocimiento de carreras así como de prestaciones laborales que se aprobaron en el rectorado de Martínez Ortiz y por supuesto a las compensaciones fuera de nómina, resulta que los estados financieros siempre salen rechinando de limpio.

EL ASCENSO PLENO AL PODER

Luego de todos los antecedentes históricos de Calderón Luján, quien tejió una inmensa red de favores a través de su desempeño como Tesorero General, mediante la facilitación de préstamos y de prebendas a directores de escuelas e institutos así como a presidentes de sociedades de alumnos, sus intenciones de alcanzar la rectoría crecieron cuando empezó a mermar la salud de José Ramón Hernández Meraz y más aún, cuando a este personaje le diagnosticaron cáncer terminal en el colon.

En ese entonces, cuentan los cercanos a Hernández Meraz, decidió darle su apoyo a Rubén Calderón, pues era quien le garantizaba la estabilidad económica de su familia una vez que la muerte lo llamara y recordemos, que el Tesorero, le compró todo el equipo de oficina para instalarle la Rectoría en su domicilio particular y ante esta circunstancia, de manera tácita, le permitió a Rubén que hiciera proselitismo de manera permanente.

En efecto, alrededor del año 2002, cuando se comenzó a complicar la salud de Hernández Meraz, quien en esa época fungía como Tesorero de la UJED, inició a sostener reuniones en sus oficinas del Edificio Central pero todos los días desayunaba con maestros en el restaurante del Hotel Gobernador.

De esta manera, cuando se dio el fallecimiento de José Ramón, en junio del 2003, Rubén Calderón Luján, ya tenía todo listo para ascender al poder de la UJED, dado que contaba con el respaldo de directores de escuelas e institutos, quienes de inmediato procedieron a interpretar la Ley Orgánica de la Universidad para prohibir que el Secretario General de ese tiempo, Carlos Silerio Medina, se ungiera como Rector Interino y lo obstaculizaron de tal manera, que Calderón resultó electo como Rector el 29 de agosto del 2003 para completar el periodo que quedó inconcluso.

LA CONSTRUCCIÓN DE LA PERPETUIDAD

Desde el 30 de agosto de 2003 hasta la fecha, Rubén Calderón Luján, se ha dedicado a construir su perpetuidad en la rectoría de la UJED y ha sabido manejar una serie de factores que le han permitido erigirse como un hombre poderoso, en donde ejerce a plenitud sus dotes políticas por medio de las redes de complicidad y represión que ha operado durante su rectorado pero mejor analicemos a continuación cada uno de los detalles que generan la percepción de que es el mejor rector de todos los tiempos:

Ø  Centró su rectorado en la imagen y fuerte publicidad mediática para generar la idea de que la UJED se encontraba entre las 10 mejores universidades del país porque sus programas educativos estaban acreditados como de buena calidad. Aquí hubo un manejo tendencioso de la información porque la UJED se encontraba entre las 10 Universidades que ya habían acreditado la calidad de sus programas educativos mediante la certificación que hacen organismos privados evaluadores que están reconocidos por la SEP.

Ø  Mediante el incremento a las cuotas de inscripción, pudo hacerse de recursos propios para la realización de obras en diferentes unidades académicas en los campus de Durango y Gómez Palacio. Estas construcciones jamás fueron licitadas o no se supo de que haya habido concursos de obra pero éstas, a su vez, también se publicitaron ampliamente en los medios de comunicación porque su objetivo era ejercer influencia en la psicología de los maestros universitarios.

Ø  Continuó otorgando canonjías a los directores pero cuando estos empezaban a querer salirse del carril, de inmediato los sometía con las auditorías que practica su aliada Guadalupe Flores Bolívar e igualmente, siempre acordaba con los dirigentes sindicales y líderes estudiantiles, a quienes les daba beneficios individuales y por eso siempre se respiró una paz octaviana en la Universidad Juárez.

Ø  Lo interesante es que el rector marcó cierta independencia del Gobierno del Estado, al gestionar por cuenta propia los recursos económicos que necesitaba para cubrir las necesidades de la UJED, para lo cual hizo alianzas con militantes del PT y del PRD, quienes le ayudaron a conseguir grandes cantidades de dinero, para lo cual ya no tomó en cuenta  a Ismael y los pleitos comenzaron porque el mandatario quería llevarse el logro mediático de que él había conseguido esos recursos y Calderón no quiso entrar en su juego de sometimiento. Esto lo vimos cuando se disputaron la paternidad de la gestión de 100 millones de pesos así como la negativa del rector en aceptar la Ciudad Universitaria a cambio de los edificios ya existentes pues aseguraba que los querían usar para negocios personales y por supuesto, no se cansó de pregonar que el Gobierno de Durango es el que menos dinero invierte en la UJED, a comparación de otras universidades públicas del país.

¿Y LA REFORMA UNIVERSITARIA?

Sin lugar a dudas, la gran asignatura pendiente o la gran promesa incumplida de Rubén Calderón Luján, al frente de la Rectoría de la Universidad Juárez de Durango, es la consolidación de la Reforma Universitaria.

Cabe recordar que este tema fue su principal bandera de campaña desde el 2003. Ante los universitarios se comprometió en cristalizar el añejo proyecto de la Reforma a la Ley Orgánica de la UJED, la cual no se ha actualizado desde 1964 y por ende, ya quedó demasiado rebasada por los tiempos modernos.

No obstante, el pretexto de Calderón era que ante la muerte de Hernández Meraz, se cayó en una situación que no estaba contemplada en la Ley Orgánica sobre quién y cómo asumía su lugar en la rectoría o si se debía convocar al Consejo Universitario para elegir a un rector provisional o uno definitivo.

Pero este problema legaloide fue todavía más allá, dado que el Secretario General de entonces, que por mandato de ley debería asumir las funciones de Rector, que en este caso era Carlos Silerio, tenía intenciones de ocupar la Rectoría y estaba imposibilitado para conducir las sesiones de la Junta Directiva y del Consejo Universitario, por eso se decidió que estas funciones las desempeñara el decano que era el Lic. Carlos Galindo Martínez.

Ahora, después de siete años de la muerte de José Ramón Hernández y de todos esos líos, no se ha intentado ni siquiera recordar el proyecto de la Reforma Universitaria y lo más grave es que si sucediera una tragedia como la del 2003, sería la hecatombe ya que ante la muerte del decano Galindo, el Rector no ha convocado a la Junta Directiva para formar una comisión especial para determinar quién sería el nuevo decano, que en este caso le corresponde al Lic. Maclovio Nevárez Herrera pero él ha manifestado que no aceptaría este cargo, porque no está de acuerdo en la forma en que Calderón Luján ha conducido los destinos de la Universidad.

Igualmente, otra de las asignaturas pendientes es cumplir a cabalidad con el derecho de acceso a la información en donde Rubén ha preferido pagar cuantas multas sean necesarias con tal de no entregar la nómina y otros detalles de que le solicitan que transparente como son las proveedurías de los seguros, la renta de mobiliario para actos cívicos, los honorarios de Eduardo Bravo como abogado externo de la institución y el monto y movimientos del Fideicomiso para Jubilaciones.

LA CALENTURA DEL PROCESO

Si bien al interior de la UJED no existen cuadros sólidos para competirle a Calderón Luján, dado que se inhiben ante el manejo discrecional que tiene de las finanzas universitarias, ya empiezan a sonar nombres de posibles contendientes como el del Director de Servicios Generales, Juan Carlos Curiel; el Director de la Facultad de Medicina, Antonio Bracho y el Director de Educación Física, Eduardo Flores García.

También hay otros perfiles como el Director de Matemáticas y Líder del Grupo Transparencia, Miguel Ortiz, quien ha sido el que insistentemente ha solicitado información a la rectoría y se le ha negado, lo que ha derivado en el pago de multas anteriormente referido.

Desde luego que Rubén Calderón, ha dado visos de ahora sí cumplir los compromisos de limpia en su staff porque los directores de escuelas y facultades, le han condicionado su apoyo para la reelección, siempre y cuando destituya a personajes como Juan Bravo Campos que es su principal operador de negocios; Guadalupe Flores, Contralora General; Joel Ávila Ontiveros, Director de Radio y Prensa; Guadalupe Gómez Burgos, Sub Tesorera; Claudia Cano, Tesorera; Luis Felipe Solís Muguiro, Abogado General y Salvador Rodríguez Lugo, Secretario General de la UJED.

Aquí lo interesante es saber si el grupo político en el poder en la entidad, decide intervenir o no, dado que fue evidente que Rubén Calderón Luján, abrazó el proyecto político de José Rosas Aispuro Torres, con quien tiene una profunda amistad y con este detalle así como su antagonismo con Hernández Deras, es el ingrediente picoso que le da a la elección de la rectoría.

Aunque si el Gobernador decide intervenir con cualquier candidato, primero tendrá que reconocer que no le alcanza el tiempo dado que solamente será un mes de campaña para la rectoría, la cual inicia este próximo 8 de septiembre y la sesión electora del Consejo Universitario será este 8 de octubre.

En verdad se casi imposible que le logren tumbar la reelección a Rubén Calderón, dado que los posibles aspirantes tendrían únicamente un mes para intentar posicionar un proyecto alternativo, cuando el actual Rector, tiene desde hace 20 años trabajando para alcanzar su perpetuidad en la UJED y completar su periodo de 28 años controlando a la institución pues podría completar un periodo comprendido de 1988-2016 y ser el rector con más años al frente, pues contabilizaría 13 años de rectorado.

Con todo este entorno, se antoja que Rubén Calderón, ahora que inicie su tercer periodo como rector, podría promover la Reforma Universitaria para asegurar otra reelección y así mantenerse en la rectoría per secula seculorum.

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Twitter: @LicDelaRosa








Lic. Alberto De la Rosa Olvera


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