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domingo, 3 de octubre de 2010

Univesidad estancada

UNA UNIVERSIDAD ESTANCADA

Por Cristhian Salazar

 

            La Universidad debe cambiar la sociedad, pero en Durango sucede lo contrario. La sociedad cambia, pero la Universidad no. Los profesores siguen enseñando lo mismo que hace 30 años. Incluso hay muchos que no saben manejar con pericia una computadora, la cual se ha convertido en un instrumento indispensable para la preparación del joven. La computadora es el equivalente al libro cuando este no existía y la transmisión de conocimientos de una generación a  otra era por medios verbales.

 

            El ex rector bis Rubén Calderón  y su escudero Joel Ávila, nos metieron la idea de que la Universidad la habían modernizado hasta ubicarla en una de las 10 mejores del país. No sé si fue una mentira piadosa o una tomada de pelo a todos los universitarios. Últimamente todo mundo creía que teníamos una gran universidad y que este milagro se lo debíamos  Rubén Calderón Luján.

           

            Nadie reparaba, en que los maestros eran los mismos, que se enseñaba las mismas carreras, las mismas materias y con los mismos métodos. Nadie veía que la investigación científica es una burla y los investigadores unos parásitos, unos pensionados. ¿Lo duda? Dónde están las obras producto de sus investigaciones, sobre todo en las ciencias básicas. ¿Cuántas patentes registradas tiene la Universidad? Ni una sola.

 

            Es increíble que hayan sido mejor los menonitas los que crearon una serie de instrumentos de labranza,  que han hecho menos duro el trabajo de los agricultores.  En la Escuela de Agricultura de Gómez Palacio y en la de Veterinaria de Durango, la Genética la conocen de referencia; mientras en otras universidades,  desde 1970 es el área en torno a la cual gira la investigación en todo el mundo.

 

            Sería largo y tedioso enumerar todos los renglones de nuestro atraso. Pero una buena educación se ve a corto o a mediano plazo, pues los resultados de la misma cambian al joven, al hombre y a la sociedad. Y esto no ha sucedido, Durango ha cambiado por las enormes tecnologías y científicos que han producido otros países. Pero lo más triste es ver que quienes dirigen nuestros centros de educación superior, son unos semi analfabetas o analfabetas funcionales. Si creen que exagero, sometan a estas personas al examen de 100 preguntas que hacen en Inglaterra a los jóvenes  que van a ingresar a la educación superior. Es un simple cuestionario de cultura general. Estoy seguro que los rectores de nuestras universidades no contestan ni el 30 porciento de las preguntas. Se la pongo más fácil, llame ahora mismo a cualquiera de los rectores que se le haga más vivillo y pregúntele cuál fue la mejor novela que se escribió en el siglo XX.

 

            En concreto, si la educación superior está dirigida  por gente que no sabe qué es la educación y para qué sirve; ¿podrá implementar una educación que mejore la sociedad? formando los hombres que nuestra realidad necesita. Hombres que sepan la diferencia entre el bien y el mal, que comprendan el mundo en que viven y sepan que su vida depende de su entorno social y económico. Que tengan apetencias económicas, pero también tengan amor y pasión por el saber y el conocimiento.

           

            En la UJED se había enquistado un grupúsculo de ignorantes, que el dinero es lo único que les importa. Estos señores veían a la UJED como una mina y no como un templo del saber; y tenían toda la intensión de seguir como sanguijuelas, aprovechando que la misma UJED les proporcionaba los medios económicos para lavarles el cerebro a los profesores. Y si hacían obras, era porque con ellas obtenían grandes ganancias. Por ahí hay que investigar a Vicente Reyes Espino y desde luego al ex Rector.

 

            La "gran hazaña" de Rubén Calderón al frente de la UJED, fue haberla metido al Consorcio  de Universidades Mexicanas (CUMEX). Este organismo es un esquirol dentro de la ANUIES, que fue creado en el nefasto sexenio de Zedillo, y cuyos integrantes obedecen ciegamente las disposiciones que ordena la Secretaría de Educación Pública, lo cual constituye una violación grave de la autonomía universitaria. Calderón violó la autonomía universitaria todos los días, al obedecer  los lineamientos que le dictaban  los funcionarios federales. ¿A caso los universitarios no son capaces de dirigir el rumbo de nuestra universidad? Si este organismo es tan importante, ¿por qué no están integrados en él la UNAM ni el Tecnológico de Monterrey? Que son las instituciones académicas más importantes del país.

 

            Con este escrito no pretendo dañar a Rubén Calderón ni hacer leña del árbol caído. Soy universitario y me interesa la Universidad y que ésta se encuentre en buenas manos. La UJED me ha hecho el hombre que soy y me ha dado  lo que tengo; me ha humanizado y me ha hecho un mejor mexicano.  Jamás haría algo que pudiera afectarla.

 

 

salamerc666@hotmail.com

Twitter: @salamerc666

 








Lic. Alberto De la Rosa Olvera


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sábado, 2 de octubre de 2010

Autonomía universitaria

POR LUIS TORRES

No se puede negar que la autonomía universitaria no sólo es deseable, sino sana y congruente, en pos de una vida democrática pujante y lo de mayor relevancia: de la formación personal y profesional del alumnado.

Si bien es cierto que la autonomía universitaria debe defenderse a capa y espada, también lo es que tiene un límite jurídico y un marco regulatorio: la autonomía no es sinónimo de soberanía ni mucho menos de impunidad.

Es lamentable que el ex rector y su gavilla, asistidos por un ex candidato a la gubernatura y su equipo, estén ahora queriendo convencer a la comunidad sobre la defensa universitaria sólo para poder perpetuarse otro sexenio en el poder y continuar manejando la institución como si se tratara de su propio feudo: comprando sindicatos, amagando la disidencia, repartiendo tiempos completos para asegurar más votos en el consejo universitario -volviendo con esto a los exámenes por oposición un mero trámite para legitimar sus asignaciones y un circo patético que sólo divierte a los favorecidos-  y manejando el fondo de jubilaciones a discreción, sin rendirle cuentas a nadie, pagando multas por falta de transparencia con dinero ajeno y dando lugar a toda clase de rumores que no sólo desprestigian a Calderón, haciéndolo ver como un pillo, sino que dañan la imagen institucional de la Universidad y de sus egresados.

La autonomía debe servir de bandera para garantizar la libertad de cátedra: piedra angular de la formación humanista, de personas críticas, propositivas, proactivas y participativas. Para evitar la intromisión de terceros indeseables como el arzobispo duranguense, que con sus declaraciones trata de vulnerar el laicismo tanto de la Universidad como del H. Congreso duranguense. ¿Por qué los que ahora defienden con tanto ahínco la autonomía universitaria consienten en esta intromisión flagrante, no sólo del arzobispo, también de Aispuro? Es también de llamar la atención que quienes ayer atacaban al entonces rector, clamando por que cesaran sus tropelías se ponen ahora de su lado, los unos tal vez por mero idealismo, los otros quizá por miedo a represalias los más, en plena incongruencia, carentes de la más corta memoria histórica.

Lo más triste de esta situación es el papel de muchos directivos y catedráticos, otrora ejemplo de virtudes, hoy devenidos a guardaespaldas y grupo de choque contra sus propios alumnos. Por siglos se ha utilizado la violencia física como recurso didáctico -por cierto, actividad deleznable- y ahora se vuelve a usar en el intento de enseñar la patética lección del continuismo, la cerrazón y la absurda defensa de intereses oscuros. En el fondo, el aprendizaje, cuyo modelo ojalá no reproduzcan los futuros profesionales, es el del esgrimir golpes en vez de argumentos, el de ser acomodaticio y servil y la máxima maquiavélica que el fin justifica los medios.