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miércoles, 8 de septiembre de 2010

Las promesas incumplidas de Rubén Calderón

Sin lugar a dudas, la gran asignatura pendiente o la gran promesa incumplida de Rubén Calderón Luján, al frente de la Rectoría de la Universidad Juárez de Durango, es la consolidación de la Reforma Universitaria.

Cabe recordar que este tema fue su principal bandera de campaña desde el 2003. Ante los universitarios se comprometió en cristalizar el añejo proyecto de la Reforma a la Ley Orgánica de la UJED, la cual no se ha actualizado desde 1964 y por ende, ya quedó demasiado rebasada por los tiempos modernos.

No obstante, el pretexto de Calderón, era que ante la muerte de Hernández Meraz, se cayó en una situación que no estaba contemplada en la Ley Orgánica, sobre quién y cómo asumiría su lugar en la rectoría; o si se debía convocar al Consejo Universitario para elegir a un rector provisional o uno definitivo.

Pero este problema legaloide fue todavía más allá, dado que el Secretario General de entonces, que por mandato de ley debería asumir las funciones de Rector, que en este caso era Carlos Silerio, tenía intenciones de ocupar la Rectoría y estaba imposibilitado para conducir las sesiones de la Junta Directiva y del Consejo Universitario, por eso se decidió que estas funciones las desempeñara el decano que era el Lic. Carlos Galindo Martínez.

Ahora, después de siete años de la muerte de José Ramón Hernández y de todos esos líos, no se ha intentado ni siquiera recordar el proyecto de la Reforma Universitaria y lo más grave es que si sucediera una tragedia como la del 2003, sería la hecatombe ya que ante la muerte del decano Galindo, Rubén Calderón jamás convocó a la Junta Directiva para formar una comisión especial que determinara quién sería el nuevo decano, que en este caso le corresponde al Lic. Maclovio Nevárez Herrera, pero él ha manifestado que no aceptaría este cargo, porque no está de acuerdo en la forma en que Calderón Luján ha conducido los destinos de la Universidad.

Igualmente, otra de las asignaturas pendientes es cumplir a cabalidad con el derecho de acceso a la información en donde Rubén ha preferido pagar cuantas multas sean necesarias, con tal de no entregar la nómina y otros detalles de que le solicitan que transparente, como son las proveedurías de los seguros, la renta de mobiliario para ceremonias, los honorarios de Eduardo Bravo como abogado externo de la institución y el monto y movimientos del Fideicomiso para Jubilaciones, entre muchas otras cosas en donde reina la opacidad y ni los universitarios ni el pueblo en general, pueden conocer a ciencia cierta toda esta información.

Rubén Calderón Luján, también tiene una promesa incumplida para con los estudiantes, como es la construcción de la Alberca Universitaria, para cuyo proyecto tuvo a bien incrementar las cuotas de inscripción, lo cual ha llegado a un punto insostenible para los padres de familia de los estudiantes, pero hasta el momento ni la FEUD y las Sociedades de Alumnos de las diferentes unidades académicas, han alzado la voz.

Da la impresión de que estos temas que son de trascendencia para la vida universitaria como es la reforma a su marco normativo, el cual es poco o nada respetado, en donde por ejemplo resalta la omisión del Rector en estos últimos tiempos de elaborar un presupuesto de egresos y no gastar a como le dicte el racionamiento o el interés así como la falta de transparencia en el ejercicio de los recursos, no son de la atención ni de la comunidad universitaria ni del pueblo, dado que se trata de una universidad pública que transita en la ruta la impunidad, pues ésta es confundida por los defensores de Calderón Luján, con autonomía.

Lamentablemente, entre los universitarios, si bien hay inconformidad por los excesos, no existe el ánimo para encarar a Rubén Calderón e impedir su reelección y es que se desaniman al ver que tiene todo amarrado, como son los directores de escuelas, facultades e institutos de investigación así como al dirigente del SPAUJED, José Luis Rojo, quien se deshace en halagos a favor de él y el Presidente de la FEUD, Jesús Cabrales, quien ha hecho mutis debido a su estrecha relación que tiene con el Secretario General de Facto, Vicente Reyes Espino.

Estas son las promesas incumplidas de Rubén Calderón Luján que posiblemente quiere estar al frente de la rectoría de la Universidad Juárez por otros seis años, para ver si ahora sí les da cumplimiento; pero no vaya a reformar la Ley Orgánica para quedarse como Rector Vitalicio y cambiarle de nombre para que en vez de llevar el nombre de Juárez, porte ahora el nombre del General Porfirio Díaz.








Lic. Alberto De la Rosa Olvera


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